jueves, 15 de junio de 2017

Dudas de fe...casi normales

Quién dice que nunca tiene dudas de fe quizá no tenga fe, aunque él piense que la tiene. O también, es probable, que tenga una fe infantil.

Creer es asentir y aceptar lo que Dios nos revela por la autoridad del mismo Dios.

Las dudas de fe se dan cuándo encontramos una contradicción entre lo que entendemos y lo que nos propone la fe. Ceder ante una tentación contra la fe es fiarse más de lo que uno entiende que de lo que Dios nos dice. En cambio, la tentación es superada cuando decimos: Señor, qué grande eres que no te entiendo, pero lo encuentro lógico porque si te entendiera no serías Dios sino una criatura como yo. Me fío totalmente de Ti y espero que me ayudes a entenderte un poquito más.

Cuando las tentaciones contra la fe son respondidas con esta actitud humilde, renovando nuestra confianza absoluta en el Señor, acudiendo a la oración y al estudio más profundo del Magisterio de la Iglesia, entonces, crece la inteligencia de la fe, con lo cual nuestra fe se hace más madura. Sabemos mejor lo que creemos.

J.S.

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