De acuerdo, el Papa es
falible en lo que no es de fe, como pueden ser prioridades pastorales,
preferencias litúrgicas, modos de comunicar, etc. Ahora mismo hay gran cantidad
de material escrito que intenta inculcar en los fieles esa evidencia, como si
se tratara de una campaña pedagógica o catequética encaminada a corregir un
exceso histórico de credulidad, de fideísmo, de culto a la persona del Sucesor
de Pedro, de algo que Juan Pablo II llamaba “el monofisismo eclesiológico”.
Puedo decir: de acuerdo.
Pero añado que los que critican al Papa desde la Iglesia, son mucho más falibles
que el Papa y, por supuesto, menos de
fiar.
El “ministerio petrino”
lleva aparejada una asistencia especial del Espíritu Santo, una particular
protección de la Virgen Santísima, Mater Ecclesiae
y la oración de todo el Pueblo de Dios. Cualquier otra persona en la Iglesia,
que no sea el Papa, carece de esos poderes espirituales.
J.S.
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