viernes, 19 de julio de 2013

En el espíritu de Aparecida


En el espíritu de Aparecida


Padre Antonio Grande
(RV).- El padre Antonio Grande, de la diócesis de Rafaela, en la Argentina, que actualmente realiza el servicio de rector del Colegio Sacerdotal y de la Iglesia Argentina en Roma, nos sigue hablando de la nueva Evangelización.
Una desafiante pastoral de los jóvenes
La Iglesia va al encuentro de los jóvenes y de sus realidades más hondas, las observa y busca acompañarlos para dar sentido a sus preocupaciones y búsquedas: en relación a sus vínculos afectivos y familiares, a la maduración de su identidad personal, en su proyección en la vida desde un estudio o el mundo laboral, frente al desafío de las puertas que se cierran a su deseo de construir un futuro de esperanza. Es aguda la observación de Aparecida sobre la realidad actual de nuestros adolescentes y jóvenes. “Están afectados por una educación de baja calidad, que los deja caer por debajo de los niveles necesarios de competitividad, sumado a los enfoques antropológicos reduccionistas, que limitan sus horizontes de vida y dificultan la toma de decisiones duraderas” (A 445).
Los reconoce en su dignidad de personas amadas por Dios, llamadas al encuentro con Cristo, y, a madurar una participación en la Iglesia como discípulos misioneros.
“Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y El Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús. Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo… En su búsqueda del sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el Señor Jesús les hace. Como discípulos misioneros, las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad” (A 443).
El Pueblo de Dios como tal es el sujeto de la recepción y la transmisión del Evangelio, de Jesús Evangelio y el primer y más grande evangelizador. Los adultos, iniciando por los padres de los adolescentes y jóvenes, los abuelos, y quienes en el afecto cuidan de ellos, sus maestros y sus profesores, los adultos que se relacionan con jóvenes en el mundo del trabajo y de la cultura, son llamados a amarlos con respeto y a buscar acompañarlos a desarrollar su maduración integral, y, a asumir su propia vocación en la Iglesia y en la sociedad.
Es una tarea que se debe desempeñar en las actividades cotidianas y en la realización de eventos que convocan a multitudes de jóvenes, como son las peregrinaciones a santuarios donde se venera al Señor Jesús, a María, y a algunos santos. Un hecho significativo son las jornadas nacionales de jóvenes, o, las Jornadas Mundiales de la Juventud iniciadas por el Papa Juan Pablo II, con el servicio destacado del cardenal Eduardo Pironio, en 1987, Buenos Aires. Ellas se vienen extendiendo en el tiempo con muchos frutos evangélicos realizándose alternativamente en Roma, y en otras ciudades del mundo. Ahora, el Papa Francisco presidirá la que se realizará en Río de Janeiro desde el 23 al 28. Los invito a acompañar esta Jornada rezando y ofreciendo las buenas obras y los sacrificios del día.
Aparecida, en 2007, promovía: “g) En las metodologías pastorales, procurar una mayor sintonía entre el mundo adulto y el mundo juvenil. h) Asegurar la participación de jóvenes en las peregrinaciones, en las Jornadas nacionales y mundiales de Juventud, con la debida preparación espiritual y misionera, y con la compañía de sus pastores” (A 446).

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