lunes, 19 de agosto de 2013

COMENTARIO El Papa Francisco no es "cristiano a ratos"

Cuando tenemos a un invitado en nuestra casa, aunque sea sólo por unas horas, nuestro comportamiento cambia. No todo sigue igual, a menos que seamos unos maleducados.  En centro de nuestra atención en ese tiempo  es el invitado. La presencia en nuestra casa de una persona o de un grupo a quien apreciamos y que habitualmente no vive con nosotros obliga a cambios en nuestros hábitos. Casi, casi podría decirse que la calidad cultural de una sociedad se  refleja en las normas de la hospitalidad. La deferencia, el arte de hacer grata la estancia del invitado en nuestra casa, la solicitud por facilitarle las cosas a quien está de paso, son tareas que modifican nuestra rutina diaria.

Esta mañana no ha dicho el Papa Francisco por Twitter: No podemos ser cristianos a ratos. Si Cristo constituye el centro de nuestra vida, ha de estar presente en todo lo que hacemos.  Esta frase tan sencilla la he asociado enseguida a la situación de quien tiene un invitado muy especial en casa.  Jesús ha venido personalmente a nosotros desde el momento del bautismo y no ha venido para estar de paso, sino para permanecer  de un modo estable. Le podemos expulsar, casi a la fuerza,  con un comportamiento hostil por nuestra parte. Eso es el pecado mortal.  Pero, incluso en ese caso, Jesús no se aleja mucho de nuestra casa y queda a la espera de nuestro arrepentimiento y nuestra penitencia para volver a instalarse en nuestra alma.

Pero el comentario del Papa Francisco no parece referirse a la situación extrema del maltrato al invitado, sino, más bien, al descuido, a la falta de atención merecida al divino Huésped.  Podemos olvidarnos  de Él,  dejarle en un segundo o un tercer plano y centrarnos de nuevo en “nuestras” cosas. La presencia de quien vino puede difuminarse en la memoria del anfitrión. Ya le atendí durante media hora, ya fue bastante,  necesito recuperar mi autonomía, mi independencia. Yo soy yo y nadie más.  Así empezamos a ser cristiano a ratos. Y los ratos pueden volverse cada vez más cortos.

Pienso que el Papa Francisco es un ejemplo de cristiano a todas horas, a tiempo completo. Por eso le sale tan fácil escribir en Twitter  dos o tres líneas que rezuman amor a Jesucristo.

J. S.

A propósito del uso que el Santo Padre hace de Twitter, releer en este blog  El Papa del Twitter


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