2013-08-17 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio)
“Llegan lamentablemente noticias dolorosas de Egipto. Deseo asegurar mi oración por todas las víctimas y sus familiares. Por los heridos y por cuantos sufren. Oremos juntos por la paz, el diálogo, la reconciliación en esa querida tierra y en el mundo entero. María Reina de la paz ruega por nosotros. Digamos todos María Reina de la paz ruega por nosotros”.
Fue el llamamiento del Papa antes de rezar el ángelus el pasado 15 de agosto, en la Solemnidad de la Asunción de María al cielo.
“También María conoció el martirio de la cruz: Ella sufrió tanto, en su corazón, mientras Jesús sufría en la Cruz. Estuvo unida plenamente a Él en la muerte y, por eso le fue dado el don de la resurrección”. De este modo habló el Papa del misterio de la Asunción de María al cielo en la misa de su Solemnidad, celebrada en la Plaza de la Libertad de Castel Gandolfo, ante más de doce mil fieles. Desde el palco montado al ingreso del Palacio Apostólico de esta pequeña ciudad de los Castillos romanos, el Pontífice subrayó que “Cristo es la primicia de los resucitados, y María es la primicia de los redimidos”.
“Es nuestra Madre – añadió – pero también es nuestra representante, nuestra primera hermana, es la primera de los redimidos que ha llegado al Cielo”. Resurrección, lucha y esperanza, fueron las tres palabras clave de la reflexión de Francisco. María sostiene a los cristianos en la lucha contra las fuerzas del mal, y la oración con María, de modo particular el Rosario, también tiene esta dimensión “agonística” y nos sostiene contra el maligno.
En fin, el Papa Francisco habló de la esperanza que lleva al corazón quien afronta la lucha de la vida creyendo en la Resurrección de Cristo, en la victoria del Amor. Donde está la cruz para nosotros los cristianos está la esperanza, siempre. Si no está la esperanza nosotros no somos cristianos, por esto a mí me gusta decir ¡no se dejen robar la esperanza! ¡Que no nos roben la esperanza porque esta fuerza es una gracia, un don de Dios que nos lleva adelante mirando el cielo!
Poco después, antes de la oración del ángelus, el Papa Bergoglio habló del “sí” de María en Nazaret y de cómo cada “sí” a Dios es para nosotros un paso hacia la vida eterna. Porque esto quiere el Señor: nos quiere a todos consigo, en su casa. Y recordó el 25° aniversario de la Carta Apostólica Mulieris dignitatem del beato Juan Pablo II, pidiendo que en la meditación del misterio bíblico de la mujer, condensado en María, “todas las mujeres se encuentren a sí mismas y la plenitud de su vocación”.
Producción de María Fernanda Bernasconi. (hispano@vatiradio.va)
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